El cuerpo del Apóstol y Sálvora




HdC. Nadie piensa que sea rigurosa verdad que el cuerpo decapitado del Apóstol Santiago haya llegado en una nave de piedra sin timón desde Tierra Santa a Galicia en una semana. Pero es, sin duda, una de las más bonitas leyendas del mundo.

Una leyenda que va marcando hitos a su paso cuando entra en la ría de Arousa, en cuyo fondo está Padrón, donde tan singular nave acabará atracando atada a una piedra conocida como O Pedrón y que se encuentra hoy en día bajo el altar mayor de la iglesia de Santiago.

Y el primero de esos hitos no es otro que la isla de Sálvora, antes propiedad privada y en la actualidad integrante en el Parque Nacional das Illas Atlánticas. Una isla cuya mayor altura está a sólo 70 metros del nivel del mar, con caballos que pastan en libertad total, con un faro, una sirena sobre una roca del pequeño puerto, una aldea abandonada, unas playas a las que está prohibido el acceso, una fábrica de conservas reconvertida en curioso pazo y una capilla que llegó a ser taberna.

Nada recuerda allí el paso del Apóstol. Pero para siempre estará en el imaginario colectivo jacobeo.


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