Peregrinos a Compostela: Arbold Von Harff

E.G. Arbold Von Harff fue un caballero alemán nacido en el castillo Harff de Bedburg, que en el s.XV peregrinó a los tres grandes centros de la cristiandad, Roma, Jerusalén y Santiago de Compostela, dejándonos sus viajes por escrito en un bello manuscrito plagado de bocetos y dibujos. De sus viajes recogió no sólo sus impresiones (en el Camino de Santiago, por ejemplo, le disgustaban ver ahorcados en la entrada de los pueblos) sino también la cultura y las lenguas de los lugares que atravesaba.



A Santiago peregrinó desde Venecia en 1496 para consolar y salvar su alma, según afirmó, pero también para conocer los países y los pueblos que atravesaba el Camino. Era lo que hoy consideraríamos un buen reportero de viajes, llevado por una curiosidad no habitual en su época.

Además de a las 3 ciudades santas, Von Harff afirmó haber peregrinado también a la Meca y haber estado en la India, aunque esta parte de sus relatos se pone en duda. Para comprenderlo diremos que no era raro por entonces que los grandes viajeros exagerasen sus periplos y, como en el caso del caballero alemán, presentasen como propia información tomada de otros aventureros.

Lo que sí parece real -y así está considerado- es su viaje a Compostela. Su libro de peregrinaciones es una buena fotografía de la España de la época, las costumbres, las lenguas, el ambiente en los caminos y los hábitos en los pueblos y ciudades que iba recorriendo. De Santiago dijo que era ciudad "pequeña, bonita y alegre" y con una "soberbia iglesia", aunque se quejaba también del gentío que llenaba la basílica, en la que no todos respetaban la liturgia.

Por él sabemos de la existencia de un rito entre los peregrinos alemanes, que se acercaban a una imagen coronada de Santiago sobre el Altar Mayor para tomar la corona y colocarla sobre sus cabezas, un hecho que provocaba la burla de los compostelanos.






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