El cementerio de Lavacolla

HdC. Pasado el día de Difuntos, de tanta raigambre en la tradición cristiana, los visitantes de los cementerios de los Caminos de Santiago habrán tenido la ocasión de contemplar algunos con personalidad propia desde el punto de vista estético. No es lo que el peregrino más ve, ni tampoco suele detenerse en ellos, pero algunos rompen esta norma no escrita y se van convirtiendo en pequeños y entrañables hitos del Camino. Quizás el más emblemático en el Camino Francés, en su tramo gallego, sea el de Lavacolla. Y es que, tras bordear el aeropuerto compostelano del mismo nombre y descender suavemente, el peregrino se encuentra con un espacio abierto con uno de sus laterales ocupado por un cementerio de alta entrada. Llama la atención, sin duda, y sin duda también por eso raro es el que no se detiene en él. Merece la pena.

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