Sant Pere de Rodes, un monasterio desde el que arranca uno de los Caminos a Santiago catalanes

HdC. Sant Pere de Rodes es un imponente monasterio situado en la provincia de Girona, levantado –dice la leyenda, que no la historia– encima de un templo obviamente pagano dedicado a Afrodita Pyrene. O sea, a la Venus pirenaica, un templo por cierto del que se guardan referencias antiguas pero que no aclaran con seguridad dónde estaba. En el capítulo de leyendas de Sant Pere de Rodes figura otra más: en el año 610 el papa Bonifacio decidió poner en lugar seguro varias reliquias, entre ellas el brazo derecho y la cabeza de san Pedro y una botella con nada menos que la sangre de Cristo. Tres religiosos de su confianza salieron a todo correr de Roma, subieron a un barco y tras varios días de navegación ataron la nave en el Finisterre mediterráneo, que no es otro que el cabo de Rodes. Ocultaron las reliquias en una cueva y, cuando al cabo de cierto tiempo volvieron a por ellas, la vegetación les impidió encontrar la entrada a la oquedad. Profundamente preocupados y tristes, decidieron quedarse en el lugar, y levantaron el cenobio.El papa Urbano II concedió al monasterio el derecho al jubileo para quienes con la fe en el alma se llegaban hasta allí, y así el enclave se convirtió en lugar de peregrinación. No se trata de hacer ahora comparaciones, pero la Generalitat –el Gobierno catalán- afirma en una publicación que “Sant Pere de Rodes se convirtió, junto con Santiago de Compostela, en el lugar de peregrinación más importante de la Península Ibérica”.
Lo que sí es cierto es en que en la recuperación del Camino de Santiago se hace arrancar de ahí una de las vías jacobeas. Sin entrar en polémicas –sin duda éste no es el lugar–, lo que sí es cierto es que Sant Pere de Rodes es un hito en el Camino de Santiago en Cataluña.

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