Jorba recupera el orgullo jacobeo

HdC. Una vez dejado atrás el impresionante monasterio de Montserrat, el Camino de Santiago a su paso por Cataluña tiene en Igualada otra localidad grande de referencia tras lo cual pasa por el minúsculo Sant Genís y alcanza Jorba, al pie de un cerro pero también invadiéndolo hasta el extremo de que su castillo, de grandes dimensiones, se levantó en lo más alto. La fortaleza, hoy en ruinas, se documenta desde el siglo XI. Peor le fue, sin embargo, a la iglesia de San Miquel, erguida a su lado pero de la cual no queda nada. ¿Quién causó tanto destrozo? Pues la primera guerra carlista, tiempos en los cuales prácticamente no pasaba ni un peregrino a Santiago ni por ahí ni por ningún lado de la península ibérica.
Pero Jorba ha recuperado su prestigio y su orgullo como localidad jacobea. Por eso hay que olvidarse de la carretera y acometer la calle Major, "con cierto regusto rural", dice la propaganda oficial. Pero en efecto, el peregrino pisa el antiguo camino real. A destacar como hito importante el crucero de 1609 que da la impresión de controlar el acceso al núcleo antiguo. Y sin olvidar el lavadero que la tradición asegura que fue levantado en el siglo XVIII con motivo de una epidemia.

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