Galisteo, las murallas que impresionan a los peregrinos que recorren la Vía de la Plata

HdC. Galisteo no figura entre los top ten de los enclaves turísticos españoles, pero sí debería de estar al menos entre los que pueden presumir de patrimonio. De esos hay muchos, por suerte, podría argumentarse, pero este caso se merece unas líneas para él solo. Porque su muralla almohade de tres metros de espesor, once de alto y tres puertas, levantada con piedras pequeñas y cantos del cercano río Jerte, constituye un soberbio ejemplo del arte constructivo medieval (siglos IX al XIV) no sólo en Extremadura, donde se halla, sino de toda la España que quedó bajo dominio musulmán. La torre de la Picota, reconstruida en el XIV, perteneció al antiguo alcázar, y casi pegado a ella fue levantado doscientos años después un palacio del que quedan restos. Dentro del recinto los peregrinos que recorren la Vía de la Plata paran, y con razón, a fotografiar el ábside mudéjar de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, el cual data del siglo XII. Galisteo tiene, en fin, una buena concentración de hitos por kilómetro cuadrado. Así es el Camino…

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