HdC. Muchas veces el mero hecho de ir poniendo un pie delante de otro, día tras día, imprime una cierta monotonía. Y en algunos casos hasta cansancio sicológico, sobre todo cuanto toca ascender, sin darse cuenta que es mucho peor bajar. Quien haya hecho el Camino que se lo pregunte a sus rodillas y sobre todo a sus tobillos. Por eso es tan importante llevar un buen calzado.
Pero dejémonos de digresiones: muchas veces al subir se mira al suelo, al marco que queda a un lado o a otro, al cielo, incluso al frente… y pocas veces abajo. El fotógrafo en este caso sí lo hizo. Se detuvo, sacó su cámara e inmortalizó un valle asturiano justo antes de acometer el último arreón al puerto de O Acebo, por donde el Camino Primitivo entra en suelo gallego. La niebla ponía ese punto de misterio. Porque milenio y pico después el Camino, generador de hitos y mitos, sigue siendo un misterio…
Pero dejémonos de digresiones: muchas veces al subir se mira al suelo, al marco que queda a un lado o a otro, al cielo, incluso al frente… y pocas veces abajo. El fotógrafo en este caso sí lo hizo. Se detuvo, sacó su cámara e inmortalizó un valle asturiano justo antes de acometer el último arreón al puerto de O Acebo, por donde el Camino Primitivo entra en suelo gallego. La niebla ponía ese punto de misterio. Porque milenio y pico después el Camino, generador de hitos y mitos, sigue siendo un misterio…
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